sábado, 28 de abril de 2007

MARI, LA DAMA DE LOS MUCHOS NOMBRES


Marí, también conocida como La Dama de Amboto (o Bruja de Amboto), La Dama de Aralar, La Señora de Arrobibeltz, La Bruja de Aketegi y muchos nombres más según el lugar dónde aparesca, es la deidad principal de la mitología Vasca.

De ella se dice que vive en los Montes de Euskal Herria, siendo el principal el Monte de Amboto en su lado este, pero que a veces cambiaba de recidencia cruzando los aires como una bola de fuego. Siendo Marí un númen o espíritu de la naturaleza se le atribuía el don de traer buen o mal tiempo, causando tormentas o sequía.

Se dice que ella habita en cuevas y hasta alli acudían las personas a pedir favores o consejos, una práctica común era arrojar piedras a las cuevas para solicitar los favores de Mari, por supuesto habìa reglas que respetar, como nunca darle la espalda, ni hablarle de "usted". Segùn algunos Mari se presenta como una dama muy hermosa, vestida de rojo y con una larga cabellera a la que se complace en peinar con su peine de oro, aficiòn que al parecer compartìa con las Lamias, seres cuya apariencia era humana pero que tenìan extremidades de ave y que vivìan en los rìos o a la orilla de estos.

Era una Diosa justa, que castigaba la mentira y a los tramposos. Ella tambièn tenìa un compañero llamado Suggar, Irasugue, o culebro macho, un ser que vivìa tambièn en cuevas y que tenìa forma de serpiente. Se decìa que cuando Mari y Suggar se unìan sexualmente, ocacionaban grandes tormentas con rayos

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